La energía solar, una de las energías renovables de más rápido crecimiento en el mundo, ha sido objeto de mucho debate con campañas de desinformación que han creado cierta confusión.
Así que vamos a desmentir los mitos más comunes sobre las instalaciones fotovoltaicas y a desvelar su verdadero potencial, que no solo tiene que ver con la sostenibilidad, sino también con el avance de nuestra sociedad en varios sentidos.
Respondemos a estos seis mitos habituales sobre las plantas fotovoltaicas:
- ¿Quitan tierra a los agricultores?
- ¿Tienen los proyectos a gran escala una mala gestión de los recursos hídricos?
- ¿Generará la energía solar suficientes puestos de trabajo?
- ¿Son antiestéticas las grandes plantas fotovoltaicas?
- ¿Se producen residuos tóxicos?
- ¿La fabricación de las piezas genera emisiones de CO2?
1. ¿Quitan tierra a los agricultores?
Mito: “Las plantas fotovoltaicas ocupan grandes extensiones de terreno necesarias para la producción agrícola”.
Realidad: Los avances en la tecnología fotovoltaica han hecho posible la instalación de paneles solares en terrenos irregulares y han reducido la necesidad de terrenos tradicionalmente dedicados a la agricultura.
Un reciente artículo de la revista pv Magazine afirmaba que con paneles solares que ocuparan sólo el 1% de la superficie agrícola actual (medio millón de kilómetros cuadrados) se podría cubrir toda la demanda energética del planeta. Dicho de otro modo, sería suficiente con cubrir el 91% de Francia con paneles solares para abastecer a todo el mundo.
Aún más interesante es el concepto de la agrivoltaica. Combinando paneles solares con usos agrícolas, las explotaciones pueden aumentar su eficiencia, beneficiando tanto a la producción de alimentos como a la generación de energía. En otras palabras, la misma parcela de tierra puede producir alimentos y energía para nuestros hogares, siendo un enfoque revolucionario de la optimización de los recursos.
2. ¿Son antiestéticas las grandes plantas fotovoltaicas?
Mito: “Las plantas fotovoltaicas no son bonitas”.
Realidad: Los parques fotovoltaicos están diseñados para ser lo más respetuosos posible con el entorno y ofrecer una solución energética ecológica sin comprometer la estética del entorno. A diferencia de otras plantas o emplazamientos de energía, los parques fotovoltaicos a gran escala se instalan a poca altura del suelo y es menos probable que interfieran con la vista del horizonte.
Las instalaciones fotovoltaicas más recientes cuentan con paneles solares diseñados y revestidos para reducir el deslumbramiento e incluso incorporan elementos paisajísticos que realzan su entorno, contribuyendo así positivamente a la estética de la zona. Este enfoque innovador está transformando las percepciones y demostrando que la energía renovable y la naturaleza pueden coexistir armónicamente.
Y no, las instalaciones fotovoltaicas a gran escala no reducen drásticamente el valor de las viviendas circundantes. De hecho, en el mayor estudio de este tipo, se analizaron 1,8 millones de transacciones inmobiliarias cerca de plantas fotovoltaicas en seis estados de EE. UU. y no se observó ningún descenso en el valor de las viviendas situadas a más de un kilómetro y medio de la instalación. Las viviendas situadas a menos de 400 metros de algunas plantas experimentaron un modesto descenso del valor medio del 2,3%, mucho menor que los efectos negativos de viviendas situadas cerca de vertederos, centrales de combustibles fósiles y autopistas.
3. ¿Se producen residuos tóxicos?
Mito: “La energía solar genera residuos tóxicos.
Realidad: Los paneles solares contienen materiales reciclables (y componentes valiosos como plata y silicio) que pueden separarse y purificarse durante el proceso de reciclaje, favoreciendo una economía circular.
A medida que crece la industria, ya empiezan a surgir empresas especializadas en el reciclaje del sector solar. Lo que a su vez ayudará a reducir los residuos y abrirá un nuevo segmento de empleos verdes, contribuyendo al crecimiento económico a la vez que se protege el medio ambiente.
4. ¿Genera emisiones de CO2 la fabricación de las piezas?
Mito: “La energía solar genera emisiones por la fabricación de componentes”.
Realidad: La energía solar tiene una menor huella de gases de efecto invernadero que otras fuentes de energía.
Aunque ningún método de generación de energía está totalmente libre de carbono todavía, la energía solar es uno de las más avanzadas en esta categoría y las emisiones asociadas están disminuyendo con el tiempo. Incluso teniendo en cuenta la captura de carbono, la huella de carbono de la energía solar a lo largo de su vida útil es muy inferior a la de la generación de electricidad a partir de carbón o gas.
A medida que los países amplíen su capacidad de producción para la energía solar, se importarán menos paneles de países que dependen de centrales de carbón. Esto significa reducir tanto los costes logísticos como las emisiones de carbono: una doble mejora impresionante.
5. ¿Tienen los proyectos a gran escala una mala gestión de los recursos hídricos?
Mito: “Los proyectos de energía solar a gran escala gestionan mal el agua”.
Realidad: Con los medios y la planificación adecuados, así como con tecnologías y estrategias innovadoras, las personas a cargo de los proyectos han mitigado en gran medida estos problemas, allanando el camino para una gestión responsable del agua.
Aunque ha habido problemas con la gestión del agua en unos pocos (cuatro de los casi un millón de parques fotovoltaicos construidos entre 2021 y 2022 en EE. UU.), parecen deberse a la negligencia o a la falta de conocimiento del lugar.
Expertos como Annick Anctil, profesora adjunta de Ingeniería Civil y Medioambiental en la Universidad Estatal de Michigan, han comparado la nivelación del terreno para instalaciones fotovoltaicas con los típicos proyectos de construcción de carreteras y han señalado que la escorrentía provocada por la construcción de esas cuatro instalaciones podría haberse evitado con una planificación y un estudio adecuados.
El proceso de nivelación del terreno puede ser problemático si no se gestiona adecuadamente. Sin embargo, la tecnología innovadora de OmniTrack™ de ARRAY está diseñada específicamente para hacer frente a estos retos al requerir menos nivelación del terreno. Si se añaden estrategias de mitigación como el plantado de una cubierta vegetal y la realización de estudios hidrológicos, los proyectos fotovoltaicos modernos pueden preservar la integridad medioambiental del lugar.
Estas ideas subrayan la diferencia entre la construcción responsable de instalaciones fotovoltaicas y los proyectos en los que la falta de planificación ha llevado a problemas. ARRAY es un ejemplo de cómo puede aprovecharse la energía solar de forma responsable, tendiendo un puente entre la innovación y la protección del medio ambiente e iluminando el camino para el desarrollo de la energía solar sostenible.
6. ¿Generará la energía solar suficientes puestos de trabajo?
Mito: “La energía solar no genera suficientes puestos de trabajo”.
Realidad: La industria de la energía solar es generadora de empleo e impulsa el crecimiento económico.
La transición hacia tecnologías más limpias de energía no es solo una cuestión de protección de nuestro planeta: es una gran oportunidad para el crecimiento del empleo. Las plantas fotovoltaicas generan puestos de trabajo en la construcción, el mantenimiento y la limpieza durante toda su vida útil, así como otros empleos cualificados en muchas industrias asociadas.
El informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) “Net Zero by 2050: Una hoja de ruta para el sector energético mundial (escenario NZE)” prevé la creación de 14 millones de nuevos puestos de trabajo en el sector de las energías renovables.
Además, este no es un caso de pérdida de puestos de trabajo, sino de transformación de los mismos, ya que se espera que aproximadamente 5 millones de profesionales abandonen el sector tradicional de los combustibles fósiles. Otras 16 millones de personas tendrán la oportunidad de adquirir nuevas competencias e incorporarse al sector emergente de la energía limpia. Las renovables ofrecen un mercado laboral dinámico, resiliente y preparado para el futuro, repleto de oportunidades de crecimiento y progreso. Con la energía solar y otras renovables, no sólo estamos construyendo un futuro más verde, sino también un futuro más brillante para el empleo.
La energía solar no es el futuro, es el presente.
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